7 January 2017

10 Formas de cumplir tus metas


Llego el fin de las Navidades, el fin de 2016 y el fin de los excesos infinitos, y reconozcámoslo, a todos se nos queda un sabor agridulce al terminar las fiestas. Da la sensación de que, al final, en vez de haber descansado, nos hemos agotado y ya no queda energía para empezar el año y cumplir toda esa montaña de propósitos que siempre apuntamos y para los que, llegados al 15 de enero, ya tenemos una excusa nueva para no llevarlos a cabo: “bueno, en realidad de qué me sirve aprender francés, mejor ya en abril  me pongo con el alemán cuando viaje a Berlín, ahora mejor me centro en otra cosa”.  Pues esto amigos míos se acabó: NO es el fin de nada sino el COMIENZO de algo nuevo.

Es muy fácil rendirse antes de haber empezado y no, no es porque seamos unos vagos sin fuerza de voluntad o porque el trabajo nos quite todo el tiempo que tenemos, es mucho más sencillo: somos demasiado ambiciosos y nos ponemos mil retos nuevos que juntos se nos amontonan y se hacen inviables y casi imposibles de completar.

Pongamos el ejemplo más sencillo y común: este año 2017 voy a ser más sano. De primeras parece un ejercicio sencillo, comer más verduras, hacer más deporte, beber menos cervezas, empezar a… un momento, no es NADA sencillo. Empieza el 2 de enero (todos sabemos que el día 1 no cuenta) y empiezas comiendo una ensalada, por la tarde vas al gimnasio y por la noche ni una cañita con tus amigos: ¡Genial, qué fácil es esto de ser sano! Llega el 3 de enero y bueno, ya fuiste ayer al gimnasio así que ya lo dejas para mañana, ¡ah!, y ayer comiste ensalada así que hoy puedes permitirte esa hamburguesa de la que te privaste ayer, y ¡oh!, es el cumpleaños de Laura, no vas a tomarte solo una caña que sino no aguantas despierto, que ayer fuiste al gym…

Un propósito de año nuevo muchas veces puede ser mucho más difícil de lo que parece y mejor es convertirlo en pequeños propósitos que resultan más sencillos de cumplir. Entonces, ¿cómo me enfrento a mis retos de año nuevo sin rendirme?

1.    Entiende tu propósito: Examina esa meta que te has impuesto, ¿es una sola acción o se compone de muchas pequeñas acciones? Entiende qué es lo que quiere conseguir y cómo se puede llegar a ello. En el ejemplo anterior sobre ser más sano, algo que parece un único propósito se puede romper en muchos propósitos más pequeños: comer más frutas, más verduras, beber menos alcohol, hacer más ejercicio. Y esos propósitos a la vez se pueden descomponer en propósitos más pequeños: salir a correr tres veces por semana; correr un total de 20km a la semana; comer verduras tres veces por semana; etc.

2.    Despacito y con buena letra: Una vez entendido tu propósito ponte metas más realistas y asequibles. No empieces un libro por el final, ponte como meta un propósito más pequeño y ve añadiendo nuevos, poco a poco, cuando te sientas preparado.

3.  Encuentra la motivación interna: El comienzo del nuevo año suele ser la excusa perfecta para proponerse sacar una versión mejorada de uno mismo, pero no debe ser el único motivo para llevar a cabo el cambio. Una meta así tiene que ser impulsada por una motivación interna y no por el comienzo de un año nuevo. Encuentra el porqué de ese cambio, es decir, qué te mueve a ello. La forma más sencilla de llevar a cabo un cambio es cuando las razones de ese cambio están motivadas por uno mismo y NO por el entorno. Tacha de la lista todos esos propósitos que no estén impulsados por un deseo interno.

4.     ¡No te agobies!: Si ves que un propósito se te está quedando grande redúcelo, empieza lentamente. Un cambio aparentemente insignificante puede estar haciendo un gran cambio en ti.

5.    Que tus propósitos se conviertan en rutinas: Planifica, compra suficiente fruta para que después de cada comida puedas tomar una pieza de fruta. Si sigues con esa estructura un tiempo, pronto formará parte de tu rutina y ni te darás cuenta de que lo estás haciendo.

6.   Innova: Si ves que tu objetivo se está volviendo monótono y aburrido, haz pequeños cambios: Si quieres comer más fruta ve probando frutas nuevas para ver cuales son tus favoritas, así sigues comiendo fruta pero no te quedas en la manzana y la mandarina.

7.   No te compares: Cada persona tiene un ritmo distinto y para algunas es más fácil cumplir con ciertas rutinas que para otras. Compararse con otros solo te hará sentir mal, en vez de comparar pregunta, habla con ellos, muestra tu admiración y aprende de cómo han llegado a donde están.

8.    Encuentra apoyo: Cuanto más divertido hagas tu objetivo mejor. Si puedes cumplir tu propósito con el apoyo y ánimo de alguien, te resultará más fácil y ameno. ¿Por qué no dejas que tu mejor amigo te regale su libro favorito  y así estás motivado a leer más? ¿Y si sales a correr con tu vecino al que ves todos los días por el parque?

9.    Esfuérzate: Sin duda lo más importante. Solo con esfuerzo se consigue lo que uno quiere. Busca tu motivación interna: ¿Por qué te has propuesto conseguir esto? Haz que el esfuerzo merezca la pena. Lucha por tus metas y que la dificultad en el camino no te haga olvidar el porqué de tu esfuerzo.

  1. 10.  Disfruta: Recuerda que esto es un viaje, lo importante no es el destino, sino lo que aprendes en el camino.

Empieza, lucha y no pares. Las primeras semanas siempre son las más complicadas, pero una vez pasado ese bache inicial, sentirás cómo ese esfuerzo mereció la pena y cómo, poco a poco, os convertireis en la mejor versión de vosotros mismos.

Contadme qué os ha ayudado a vosotros a cumplir vuestras metas. ¡Feliz año nuevo a todos! Luchad por lo que queréis y espero que cada año siempre sea un poco mejor que el anterior :)



2 comments:

  1. Una excelente propuesta. Al enfocarlo de este modo se convierte en una meta posible y asequible. También se ve que los procesos por los que pasamos están más generalizados de lo que pensamos y eso también ayuda. Muchas gracias!

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  2. Me encanta Elisa!!! Mucha razón y utilidad :)

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