Llego el fin de las Navidades, el fin de 2016 y el fin de los
excesos infinitos, y reconozcámoslo, a todos se nos queda un sabor agridulce al
terminar las fiestas. Da la sensación de que, al final, en vez de haber
descansado, nos hemos agotado y ya no
queda energía para empezar el año y cumplir toda esa montaña de propósitos
que siempre apuntamos y para los que, llegados al 15 de enero, ya tenemos una
excusa nueva para no llevarlos a cabo: “bueno,
en realidad de qué me sirve aprender francés, mejor ya en abril me pongo con el alemán cuando viaje a Berlín,
ahora mejor me centro en otra cosa”.
Pues esto amigos míos se acabó: NO es el fin de nada sino el COMIENZO de algo nuevo.
Es muy fácil rendirse antes de haber empezado y no, no es porque
seamos unos vagos sin fuerza de voluntad o porque el trabajo nos quite todo el
tiempo que tenemos, es mucho más sencillo: somos
demasiado ambiciosos y nos ponemos mil retos nuevos que juntos se nos amontonan
y se hacen inviables y casi imposibles de completar.
Pongamos el ejemplo más sencillo y común: este año 2017 voy a ser
más sano. De primeras parece un ejercicio sencillo, comer más verduras, hacer
más deporte, beber menos cervezas, empezar a… un momento, no es NADA sencillo. Empieza el 2 de enero (todos sabemos que el día 1 no cuenta) y empiezas comiendo una
ensalada, por la tarde vas al gimnasio y por la noche ni una cañita con tus
amigos: ¡Genial, qué fácil es esto de ser sano! Llega el 3 de enero y bueno, ya
fuiste ayer al gimnasio así que ya lo dejas para mañana, ¡ah!, y ayer comiste
ensalada así que hoy puedes permitirte esa hamburguesa de la que te privaste
ayer, y ¡oh!, es el cumpleaños de Laura, no vas a tomarte solo una caña que
sino no aguantas despierto, que ayer fuiste al gym…
Un propósito de año nuevo muchas veces puede ser mucho más difícil
de lo que parece y mejor es convertirlo en pequeños
propósitos que resultan más sencillos de cumplir. Entonces, ¿cómo me enfrento a mis retos de año nuevo
sin rendirme?
1. Entiende tu
propósito: Examina esa meta que te has
impuesto, ¿es una sola acción o se compone de muchas pequeñas acciones? Entiende
qué es lo que quiere conseguir y cómo se puede llegar a ello. En el ejemplo
anterior sobre ser más sano, algo que parece un único propósito se puede romper
en muchos propósitos más pequeños: comer más frutas, más verduras, beber menos
alcohol, hacer más ejercicio. Y esos propósitos a la vez se pueden descomponer en
propósitos más pequeños: salir a correr tres veces por semana; correr un total
de 20km a la semana; comer verduras tres veces por semana; etc.
2. Despacito y con buena
letra: Una vez entendido tu propósito ponte
metas más realistas y asequibles. No empieces un libro por el final,
ponte como meta un propósito más pequeño y ve añadiendo nuevos, poco a poco, cuando
te sientas preparado.
3. Encuentra la
motivación interna: El comienzo del nuevo año
suele ser la excusa perfecta para proponerse sacar una versión mejorada de uno
mismo, pero no debe ser el único motivo para
llevar a cabo el cambio. Una meta así tiene que ser impulsada por una
motivación interna y no por el comienzo de un año nuevo. Encuentra el porqué de ese cambio, es decir, qué te mueve a ello. La forma más sencilla de
llevar a cabo un cambio es cuando las razones de ese cambio están motivadas por
uno mismo y NO por el entorno. Tacha de la lista todos esos propósitos que no
estén impulsados por un deseo interno.
4.
¡No te agobies!: Si ves que
un propósito se te está quedando grande redúcelo, empieza lentamente. Un cambio
aparentemente insignificante puede estar haciendo un gran cambio en ti.
5. Que tus propósitos se
conviertan en rutinas: Planifica, compra
suficiente fruta para que después de cada comida puedas tomar una pieza de
fruta. Si sigues con esa estructura un
tiempo, pronto formará parte de tu rutina y ni te darás cuenta de que lo estás
haciendo.
6. Innova: Si ves que tu objetivo se está volviendo monótono y aburrido, haz
pequeños cambios: Si quieres comer más fruta ve probando frutas nuevas para ver
cuales son tus favoritas, así sigues comiendo fruta pero no te quedas en la
manzana y la mandarina.
7. No te compares: Cada persona
tiene un ritmo distinto y para algunas es más fácil cumplir con ciertas rutinas
que para otras. Compararse con otros solo te hará sentir mal, en vez de
comparar pregunta, habla con ellos, muestra tu admiración y aprende de cómo
han llegado a donde están.
8. Encuentra apoyo: Cuanto más
divertido hagas tu objetivo mejor. Si puedes cumplir tu propósito con el apoyo
y ánimo de alguien, te resultará más fácil y ameno. ¿Por qué no dejas que tu
mejor amigo te regale su libro favorito
y así estás motivado a leer más? ¿Y si sales a correr con tu vecino al
que ves todos los días por el parque?
9. Esfuérzate: Sin duda lo más
importante. Solo con esfuerzo se consigue lo que uno quiere. Busca tu
motivación interna: ¿Por qué te has propuesto conseguir esto? Haz que el
esfuerzo merezca la pena. Lucha por tus metas y que la dificultad en el camino
no te haga olvidar el porqué de tu esfuerzo.
- 10. Disfruta: Recuerda que esto es un viaje, lo importante no es el destino, sino lo que aprendes en el camino.
Empieza, lucha y no pares. Las primeras semanas siempre son las
más complicadas, pero una vez pasado ese bache inicial, sentirás cómo ese
esfuerzo mereció la pena y cómo, poco a poco, os convertireis en la mejor
versión de vosotros mismos.
Contadme qué os ha ayudado a vosotros a cumplir vuestras metas. ¡Feliz
año nuevo a todos! Luchad por lo que queréis y espero que cada año siempre sea
un poco mejor que el anterior :)
Una excelente propuesta. Al enfocarlo de este modo se convierte en una meta posible y asequible. También se ve que los procesos por los que pasamos están más generalizados de lo que pensamos y eso también ayuda. Muchas gracias!
ReplyDeleteMe encanta Elisa!!! Mucha razón y utilidad :)
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