“Esto lo has hecho mal,
nunca escuchas”, “Mira cómo está esto,
¡eres un desastre!”, “Siempre dejando
las cosas para el último momento, menudo vago estás hecho”… y así podría
seguir con un sinfín de frases, de comentarios y de críticas que suelen culminar en peleas o que se dicen una vez el
ambiente ya está que echa humo.
Esta manera de expresión es tan común que para muchos forma
parte de su comunicación habitual causando
que, un cúmulo de estas frases que pueden parecer inofensivas, consiga crear
grandes peleas, discusiones, dimisiones, divorcios, enemistades…. Y generar un
ambiente negativo y destructivo en vez de lograr nuestro objetivo: cambiar el
comportamiento de una persona, o grupo de personas, que sentimos como
incorrecto o que no nos hace sentir bien. Se busca una transformación y en vez de eso conseguimos una ruptura.
Nos enfrentamos casi a diario a estas críticas (trabajo,
pareja, familia, amigos, convivencia), siendo nosotros quienes las
recibimos o quienes las comunicamos. Es en esta segunda
parte en la que nos vamos a centrar hoy. ¿Cómo podemos comunicar nuestras
críticas de forma que cumplan nuestro objetivo y que no provoquen una pelea o
que hieran más de lo necesario? Utilizando una Comunicación
Constructiva.
Empecemos por el principio, ¿qué
es esto de la Comunicación Constructiva? Es una forma de transmitir
mensajes favoreciendo el crecimiento
personal del receptor, sin hacerle sentir menospreciado, desmotivado o desanimado.
¿Cómo se utiliza? Se usa para expresar mensajes tanto positivos como negativos. Por un lado, los mensajes negativos se comunican sin atacar la identidad
de la persona, centrando la crítica en su conducta y NO en su personalidad.
Por ejemplo, no es lo mismo decir, “el
trabajo tiene muchos errores, eres muy
poco cuidadoso”, que decir, “me
gustaría que hagas un repaso al trabajo ya que he visto algunos errores que
se pueden modificar”. En el primer
ejemplo estamos atacando directamente la personalidad de la persona: "eres poco cuidadoso", mientras que en el
segundo ejemplo estamos centrándonos en su comportamiento: "deberías darle un repaso", el error no es por tu personalidad sino por la falta de repaso.
En cambio, las ideas
positivas las expresamos a nivel de identidad, es decir, subrayando los rasgos
positivos de la personalidad. Por ejemplo: “Eres muy honesto y eficaz, ya que cuando no sabes hacer algo eres
sincero al respecto y buscas ayuda”. Nos centramos en las fortalezas de las
personas y reforzamos el comportamiento expresando admiración y positividad.
¿Qué más necesito saber? Para que una
comunicación constructiva sea lo más
eficaz posible, la mejor forma es utilizando una comunicación en positivo, es decir,
utilizar un ratio de 3:1, por
cada comentario negativo intentar ofrecer tres comentarios positivos. No
tienen que ser ni en la misma frase, ni en la misma conversación pero sí
procurar cumplir con el ratio a lo largo del tiempo. Muchas veces intentamos
llevar a cabo “La Técnica del Sándwich” que consiste en introducir un comentario
negativo entre dos positivos en la misma conversación. Esto, utilizado de
manera espontánea es muy efectivo, pero si se abusa de su uso, los comentarios positivos pueden perder
veracidad y percibirse como un adorno y no como algo honesto.
También es importante tener en cuenta que tanto los comentarios
positivos como los negativos son imprescindibles para la comunicación. Los
negativos dan veracidad a los comentarios positivos y muestran la sinceridad
del comunicador y los comentarios positivos impulsan la autoestima y
motivación del receptor.
Terminemos con una investigación muy interesante realizada por John
Gottman. El estudio consistía en observar
la comunicación de distintas parejas al principio de su matrimonio y otra vez
10 años más tarde. Descubrió que las parejas que seguían el ratio de 3:1 permanecían
casadas y por el contrario, el 100% que no utilizaba una comunicación positiva ¡había terminado divorciándose!
Este es un pequeño ejemplo de lo muchísimo que influye una
comunicación constructiva a la hora de expresar nuestras ideas y opiniones. Con esfuerzo y ganas se puede conseguir y hacer que forme parte de vuestra comunicación habitual. Ponedlo
en práctica con vuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo y comprobaréis como mejorará vuestra calidad de vida.
¡Feliz semana a todos!
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