Lunes por la mañana: 7 DE LA MAÑANA. Suena el despertador, subes
la persiana y llueve, hace viento. Te pones el albornoz, enciendes la cafetera,
y con cara de confusión, con los ojos más cerrados que abiertos piensas: “menuda siesta me voy a echar hoy”. Parece
que el descanso es lo único que nos
puede aportar un poco de felicidad en ese día que, de primeras, parece tan
gris.
Martes por la mañana: 7 DE LA MAÑANA. Suena el despertador, subes
la persiana, es verano, ves el mar. Cortas rodajas de sandía, miras por la
ventana y piensas: “Cuántas cosas puedo
hacer hoy”.
Dos escenas tan parecidas y a la vez tan distintas. En la primera parece que el descanso es lo único que nos
va a aportar felicidad en nuestra frenética rutina, no podemos esperar a
nuestra amada siesta y demasiadas veces durante la semana soñamos con el seductor
fin de semana en el que descansaremos de todo el ajetreo de la semana.
Por otro lado, en la segunda escena sentimos que cuanto más largo
sea el día mejor, cuanto más paladeemos ese veraneo mejor nos vamos a sentir y cuanto más conozcamos y sintamos que
nuestro tiempo ha sido aprovechado correctamente más felices seremos. No
importa madrugar, nos despertamos enérgicos y descansados a cualquier hora del
día.
Pero ahora paremos un momento y reflexionemos: ¿realmente el descanso, el estar haciendo “nada” produce la felicidad
qué creemos?; ¿Qué produce más felicidad un día ajetreado repleto de
actividades o un día en el que lo único de lo que hay que preocuparse es de
descansar? Alan Gilbert,
psicólogo social y experto en felicidad en la Universidad de Harvard, se
planteó estas mismas preguntas y como todo científico curioso, quiso
responderlas. Comenzó a investigar, a hacer análisis cerebrales, test o
simplemente preguntar a distintos grupos de personas para descubrir qué les
producía bienestar.
Sus resultados son sorprendentes y contradictorios con todo lo que
se ha creído hasta ahora ya que, aunque parezca imposible, el descanso produce poquísima felicidad, tan poca que tus niveles
de felicidad son los mismos que cuando estás trabajando. No, no os estoy engañando
y Gilbert no se ha inventado sus resultados: ¡estar sentado en tu mesa matando
la jornada de 8 horas produce la misma satisfacción que estar tumbado en un
sofá descansando!
Pero, si esto es así: ¿Qué
nos produce felicidad y por qué soñamos con el descanso?
Descansar nos produce menos felicidad que estar viendo la
televisión ¿Por qué? Al descansar nuestra mente empieza a divagar, a pensar en
muchas cosas que normalmente no tenemos tiempo de plantear: qué tenemos que
hacer la semana que viene, qué será este dolor en la espalda o cualquier otra
preocupación que nos solemos plantear.
¿Qué nos hace felices entonces?
1.
Las experiencias: Irnos de viaje nos
producirá mucha más satisfacción que comprar un coche nuevo. Las experiencias
activan nuestra mente, nos proporcionan recuerdos eternos y nos producen una satisfacción
que no nos genera ningún bien material.
2.
Compartir: Comprar un café a un
extraño nos producirá más satisfacción que comprárnoslo para nosotros. ¿Por
qué? El café que te compras para ti lo disfrutarás esos 5 minutos que tardas en
tomártelo, en cambio, regalar uno a otra persona producirá un increíble
sentimiento de agradecimiento y una fantástica anécdota que compartir.
Compartir genera experiencias.
3. El placer de las
pequeñas cosas: Es mucho más satisfactorio
encontrar pequeños placeres en tu día a día que buscar una sola cosa que te
produzca felicidad durante todo el día.
Explicaré más en detalle todos estos puntos en diferentes entradas
del blog ofreciendo actividades y formas de potenciar nuestro bienestar
teniendo en cuenta las claves de la felicidad que nos ofrece Gilbert.
Si os ha sorprendido esta información no
dejéis de ver el TED talk de Daniel Gilbert “The Science of Happiness: What Your Mother Didn't Tell You” (https://www.youtube.com/watch?v=BwQFSc9mHyA)
en el que explica esto y muchos otros detalles de la Ciencia de la Felicidad.
¡Disfrutad de la semana y
sobretodo, CREAD EXPERIENCIAS!
Nunca lo había visto así. Quizá había sobrevalorado la importancia del descanso en relación con el bienestar. Este nuevo punto de vista me ha convencido.
ReplyDeleteDefinitivamente desde que te poner el albornoz, sabes que será un gran dia jeje
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